La endofotografía, aunque todavía no es muy común entre los fotógrafos de la naturaleza, es una técnica que permite trabajar en lugares inaccesibles, como las madrigueras de los topos o los zorros. Proviene de la investigación médica e industrial y se basa en la utilización de un tubo muy fino, capaz de tomar las imágenes del animal. Este revolucionario dispositivo se acopla fácilmente a la cámara réflex y se introduce en las madrigueras.
En la endofotografía, la luz, por lo general, es conducida por fibra óptica, sin embargo, es aconsejable utilizar un flash de gran potencia. Este método está dirigido, sobre todo, a los apasionados de la tecnología que además estén dispuestos a invertir de 3.000 a 6.000 euros.
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