Entre las muchas hipótesis barajadas para explicar la desaparición de los lagartos terribles hay algunas realmente curiosas. El bioquímico Tony Swain cree que el final de los dinosaurios llegó cuando su imperfecto sentido del gusto les impidió detectar los venenosos alcaloides que hace unos 120 millones de años comenzaron a sintetizar las plantas fanerógamas y cuya ingestión les produjo graves alteraciones fisiológicas, e incluso la muerte.
Para Anthony Hallam, en cambio, los pobres dinosaurios murieron de estreñimiento; mientras que el famoso Robert T. Bakker dijo que no creía que los dinosaurios hubieran desaparecido súbitamente.
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