Como informa el portal de noticias ABC NEWS, el agudo dolor de la pequeña Mya comenzó un día que su padre estaba trabajando. “Mi mujer me dijo que la parte izquierda de su cuello se estaba hinchando, y me llamaba para preguntarme si la llevábamos a urgencias”, explica el padre de la niña, Aaron Whittington.
El matrimonio decidió esperar pensando que se trataba de una simple inflamación, pero cambiaron de idea a la mañana siguiente. “El domingo por la mañana, cuando nos levantamos, estaba el doble de inflamado y una especie de espinilla comenzaba a aparecer”, relataba el marido, “eso no era una simple inflamación”.
Mya fue llevada a un hospital, en Hutchinson, Kansas, EEUU. Los médicos pensaron que tenía una infección por estafilococos de sus nódulos linfáticos, pero cuando intentaron drenar el bulto no salió nada. Horas más tarde, Aaron Whittington y su mujer Emma informaron al hospital de que había asomado algo extraño por el cuello de la pequeña.
La pediatra sacó un trozo de metal de casi cinco centímetros. En cuanto a cómo llegó ahí el trozo, la doctora no estaba segura. Su conjetura era que la pequeña lo habría tragado sin querer y el metal se habría quedado alojado en la garganta. “Entonces el cuerpo, por curioso que suene, percibió el cuerpo extraño, y lo fue expulsando por el cuello”, relató la especialista.
Los padres reconocieron haber visto a la niña llorar y tocarse la zona debajo de la oreja semanas anteriores, pero habían estado convencidos que era una simple infección del oído o la boca. La pequeña Mya ya se encuentra casi recuperada y sus progenitores, todavía sorprendidos, están muy agradecidos a los servicios prestados por el hospital de Hutchinson ante el insólito suceso.
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