Después del tradicional ángelus del domingo pasado, el Papa contempló una curiosa anécdota: las palomas de la paz que lanzó desde su ventana sufrieron el ataque de una gaviota justo en el momento de ser soltadas.
El Papa liberó dos palomas blancas para celebrar la llegada de la “Caravana por la Paz”, en la que se recordaron a las víctimas del nacismo, sobre todo aquellas judías. Unos niños que formaban parte de la Caravana rezaron junto a Benedicto XVI desde su ventana. Al principio, las palomas se quedaron apoyadas en el alfeizar de la ventana y contra el muro del santo palacio, pero una agresiva gaviota atacó a una de ellas ante la mirada atónita de los peregrinos. Al parecer, según expertos consultados en la materia, las palomas vieron sobrevolar a la gaviota y por eso intentaron volver a entrar en el edificio.
Afortunadamente, la paloma logró escapar del envite de la gaviota y tras el momento de pánico volaron en total libertad.
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