El mayor desierto del mundo es tan nómada como sus habitantes, los aguerridos tuareg.
Durante la última década se ha dedicado a crecer. Así, entre 1980 y 1990 ha avanzado hasta ocupar 636.000 kilómetros cuadrados más, una extensión superior a la de la península ibérica. Es decir, si hace 13 años tenía una superficie de 8.633 millones de kilómetros cuadrados, hace tres años medía 9.269 millones.
Pero lo más curioso es que no se ha movido siempre en la misma dirección. Al menos, eso es lo que han constatado C. J. Tucker y sus colaboradores de la NASA con los resultados obtenidos por los satélites meteorológicos. Entre 1980 y 1984 se desplazó 240 kilómetros hacia el sur, pero entre 1984 y 1986 migró 143 kilómetros hacia el norte, y así ha mantenido un continuo vaivén hasta hoy.
Según los expertos en desertización de la Universidad de East Anglia y del Instituto de Investigaciones de Southampton (Gran Bretaña), las causas de las oscilaciones son los cambios climáticos que han tenido lugar en los últimos 60 años. Sin embargo, los científicos de la NASA ponen en cuestión esta explicación hasta que no investiguen el fenómeno durante, por lo menos, 10 años más.
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